The drums ... the drums...

Ayer domingo fue un día divertido. Pesé a que el viernes me perdí, y terminé el sábado mejor en mi casa, viendo tele y reflexionando lo sucedido. Y puede ser que hoy tenga más cosas en que reflexionar, o prefiera mejor subir el volumen de las cosas, y solo escuchar the drummmms, the drummms. Antes de sacar cualquier conclusión acelerada.

Me duele un poco el estómago, de las grandes cantidades que le dí hoy de picante, de cerveza y cigarro, como en otros días de rockstar. Y al final alguien me dice "Quiero una vida de rockstar". No me quedó mas que decir mi frase moralista: "Realmente no quieres eso, no quieres vivir así, porque sabes que tienes más cosas a tu alrededor por las cuales vivir." Já si eso lo hubiera escuchado de mí otra persona, no me lo hubiera creído. Como han cambiado las cosas, sin embargo no deja de ser un hielo delgado en donde se transita. Aunque parece bueno ir sobre de él, y tal vez un poco divertido.

El viernes estaba perdido, todo por quererme poner como otras veces de innovador. El sorprendido terminé siendo yo. Conocí una nueva carretera, manejé yo solo en caminos desconocidos, como tal vez lo hubiera querido hacer desde hace mucho, y una de las cosas que me ayudaron fue estar comunicado, tener mi ipod al lado, y seguir manejando, sin voltear a los lados, confiando en mi instinto para encontrar el camino correcto, y el regreso.

Al final fue así, después de más de una hora de manejar sin rumbo. Y me preguntó aún como pasó eso? Acaso sería como un anillo de moebius que me iba a tener dando vueltas en una autopista sin retorno?. Al estar en una carretera tan abandonada, y con poca luz, no existía en mi mente otra cosa que no fuera el temor de algún auto desconocido siguiéndome. Creo que quedarón algunas cosas de esa experiencia.

Mientras tanto, sigamos viviendo esos días, llenos de cosas fuera de lo común. Y con mucho ruido, para evitar ponerse a pensar.